En nuestra época se habla con frecuencia de igualdad y de libertad. Estas dos palabras suelen estar asociadas a políticas de izquierdas y a partidos que se alinean bajo ese término. En realidad, no hay ninguna izquierda, ni ninguna derecha, pues ambos son conceptos que se han incrustado, a fuerza de machacarlo, en nuestra mente colectiva. Sin embargo, una palabra tan lógica y directa como es AMOR, resulta prohibida en el discurso político. ¿Habéis escuchado a algún político hablar de "Amor" hacia los demás?
Como dice el Catedrático de Económicas Juan Torres, hablar de amor dentro de la estructura política nos suena a monjas, curas, religión o, lo que es peor, a secta. Realmente, el asociar el "Amor" con sectas sólo es propio de mentes incultas y dogmáticas, algo que por desgracia vemos casi a diario.
¿Hay algo más grande y hermoso que la fraternidad y el amor? La palabra Fraternidad viene del latín "frater", que significa "hermano". Lo cierto es que, en el mundo que nos rodea, la hermandad y la fraternidad salen sobrando, y cuando se citan sólo traen a la mente de los necios la palabra: secta. ¿Y esto por qué ocurre así?, es sencillo, la gente necesita "etiquetar", definir y delimitar, es algo básico del proceso humano cuando no está evolucionado. Algo que se escape de sus cortas miras, de sus etiquetas y definiciones, no encaja con sus limitados y vulgares procesos de pensamiento, y entonces suelen ir a lo fácil y ciertamente errado: es una secta.
¿Cómo puedo llamar a la empatía que siento por aquellos que sufren? ¿cómo puedo expresar lo que vibra en mí cuando admiro la belleza, más allá de formas preconcebidas? ¿cómo defino mi necesidad de mostrar a los demás cómo pueden ser más felices, más autorealizados y más conscientes? ¿cómo limito aquello que veo tras la mirada de mi esposa, cuando me pierdo y floto en el maravilloso universo que se me revela en sus ojos?. Y, por último ¿cómo puedo nombrar a esa inquietud que me inclina hacia el Conocimiento interior de la Realidad? Recordad queridos amigos, no podéis usar la palabra AMOR, porque eso es patrimonio de las religiones y las sectas, según la visión obnubilada de algunos ignorantes.
Queridos lectores y seguidores de este Blog: yo lo siento mucho, pero a pesar de que nos califiquen como religiosos o sectáreos, nosotros seguiremos usando esa maravillosa, inmensa, luminosa, desgraciadamente olvidada... y políticamente incorrecta palabra: AMOR.
Como dice el Catedrático de Económicas Juan Torres, hablar de amor dentro de la estructura política nos suena a monjas, curas, religión o, lo que es peor, a secta. Realmente, el asociar el "Amor" con sectas sólo es propio de mentes incultas y dogmáticas, algo que por desgracia vemos casi a diario.
¿Hay algo más grande y hermoso que la fraternidad y el amor? La palabra Fraternidad viene del latín "frater", que significa "hermano". Lo cierto es que, en el mundo que nos rodea, la hermandad y la fraternidad salen sobrando, y cuando se citan sólo traen a la mente de los necios la palabra: secta. ¿Y esto por qué ocurre así?, es sencillo, la gente necesita "etiquetar", definir y delimitar, es algo básico del proceso humano cuando no está evolucionado. Algo que se escape de sus cortas miras, de sus etiquetas y definiciones, no encaja con sus limitados y vulgares procesos de pensamiento, y entonces suelen ir a lo fácil y ciertamente errado: es una secta.
¿Cómo puedo llamar a la empatía que siento por aquellos que sufren? ¿cómo puedo expresar lo que vibra en mí cuando admiro la belleza, más allá de formas preconcebidas? ¿cómo defino mi necesidad de mostrar a los demás cómo pueden ser más felices, más autorealizados y más conscientes? ¿cómo limito aquello que veo tras la mirada de mi esposa, cuando me pierdo y floto en el maravilloso universo que se me revela en sus ojos?. Y, por último ¿cómo puedo nombrar a esa inquietud que me inclina hacia el Conocimiento interior de la Realidad? Recordad queridos amigos, no podéis usar la palabra AMOR, porque eso es patrimonio de las religiones y las sectas, según la visión obnubilada de algunos ignorantes.
Queridos lectores y seguidores de este Blog: yo lo siento mucho, pero a pesar de que nos califiquen como religiosos o sectáreos, nosotros seguiremos usando esa maravillosa, inmensa, luminosa, desgraciadamente olvidada... y políticamente incorrecta palabra: AMOR.
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